Pero, no os dejéis guiar por las apariencias...no, no, no...Entre las conversaciones de vecinas cotillas y la música asquerosamente mala que suena por los altavoces, ir a la peluquería se hace una experiencia increíblemente agradable.
Y para colmo, hoy me ha tocado una peluquera borde que en vez de cortarme "las puntas" se ha debido de pensar que le decía "las puntas...y tres dedos más"
Vamos, que poco más, y me pongo a cantar
Eh, y eso no es todo. Cuando ya pensaba que la
Pero bueno, toda esta experiencia ha tenido algo bueno. Os pongo en situación. Vivo en un pueblo no muy grande (pero no muy pequeño) cerca de la capital de provincia. Hago toda mi vida en la ciudad, y casi se podría decir que sólo duermo en mi casa.
A pesar de tener sus miles de habitantes, en el pueblo todo el mundo se conoce. Y dado que yo no salgo por el pueblo, disfruto barbaridad.
Esa sensación de ir caminando por la calle, de saber que nadie te conoce, de notar como los desconciertas, y te miran extrañados...Me encanta. No sé si por sentirme desconocida o si por llamar la atención por eso mismo. Me hace sentir...segura, bien.
En fin, que algo bueno tenía que tener perder una hora para que te corten mal el pelo y pierda el alisado nada más salir. Añadiendo además una hora de tortura a mis oídos y una dosis extra de vecinas poniendo verdes a vecinas.
¡¡Besos!!
By Myra
Me pasaba tan pero taaaan seguido!!!
ResponderEliminarNo comprenden el sentido que ''solo las puntas'' tiene.
Aveces pienso que lo hacen a propósito T_T
Bueno, no sé... Pero siempre es lo mismo, no dejan el trabajo como una esperaba.
Pero el consuelo que queda es... ya crecerá. Y comprendo eso, es genial pasearse por ahí y que la gente ni sepa quien eres, una sensación... agradable... diferente, a cuando te cruzas con gente conocida.
Lindo tu relato Myra, me imaginé cada cosa, hasta a las vecinas simplonas ...
Besos! haha